Siempre
se ha dicho que una imagen “es más valiosa que mil palabras” mientras buscaba
información sobre Irán, la Revolución Islámica y el rol que desempeña la mujer
iraní antes y después de ésta. Encontré un video emitido por una cadena de
telenoticias que me hizo reflexionar sobre la situación de ésta y su
infatigable lucha por conseguir cotas más de sus derechos fundamentales. El
vídeo mostraba a dos jóvenes abordadas por la policía de la moral (dos mujeres cubiertas en su
totalidad por un chador negro,
escoltadas por un policía uniformado) a las cuales se les increpaba porque su
velo se había deslizado y dejaba entrever parte del cabello de las chicas.
Después de varios reproches por parte de las mujeres de negro, las dos jóvenes eran forzadas a subir a un coche policial,
acompañadas por el miedo que genera esa incertidumbre que responde de mil
maneras a la pregunta ¿Qué me pasará ahora?
Antes de hacer
frente al grueso del artículo, me resultaba interesante dar a conocer este
episodio de la vida cotidiana iraní. En un país donde la ayuda y la
intervención de la mujer fue más que fundamental para el avance del proceso
revolucionario. Numerosas mujeres salieron a la calle ataviadas con el Chador, como clara contestación anti
occidental y colonialista, reivindicando su identidad cultural y nacional por
un Irán Libre, tal fue su importancia
que el Gran Ayatola Ruhollah Khomeini llegó a decir en uno de sus discursos que
“las mujeres fueron las que hicieron la
Revolución”. Pero esto fueron tiempos pasados y el papel de la mujer en la
República Islámica ha avanzado en algunos ámbitos y otros como por ejemplo la
vida política, la evolución ha sido de menor consideración, existiendo numerosas
trabas y obstáculos que dificultan el camino en la carrera política.
Las diferentes
restricciones que encuentra la ciudadana iraní, ya sea en la vida política o en
la defensa de sus derechos, se han visto solventadas a través del camino del
arte o la literatura. A lo largo de la historia podemos encontrar que los movimientos
artísticos han sido excelentes canales de transmisión para infundir ideas de
cambio: Ejemplo Delacroix y su obra Libertad
guiando al Pueblo.
Escritoras,
editoras y demás artistas iraníes han encontrado en el arte su verdadera
herramienta política y garante de sus derechos y libertades. La mujer iraní no
es una persona que carezca de cultura e instrucción académica, después de la
Revolución crecieron los números de alfabetización femenina y las inscripciones
en instituciones universitarias. La
contribución de las mujeres a la producción económica, científica y cultural
(literatura o cine) ha sido un instrumento fundamental para la sensibilización
de las mujeres iraníes y su participación en el cambio social.
Estas artistas
mediante una literatura comprometida, en donde se recrean historias ficticias
para encarnar los sentimientos vividos por la mujer persa, entretejen sus
identidades y opiniones abordando temas delicados como las diferentes fronteras
existentes entre lícito y prohibido, puro y sucio, público y privado, y
religioso y secular están forjando en las mentes de la sociedad iraní, incluso
fuera de las fronteras del país persa, la realidad de los problemas que afligen
la vida cotidiana de la mujer iraní.
La República Islámica
se ha convertido en un país marcado por la combinación de medidas pragmáticas,
políticas de desarrollo y de fuerte identidad cultural islámica, pero el
periodo post revolucionario afectó a la vida cotidiana de la mujer. Se formó
una nueva identidad basada en el islamismo y el nacionalismo, pero no se tomó
en cuenta los problemas reales de sus compatriotas femeninas.
Creo que el
equilibrio es existente y que tiene un contrato muy serio en materia política y
social, pero la escasa visibilidad de la mujer iraní en el escenario político
hace pensar que su compromiso es escaso o nulo. A pesar de todo, el alto nivel
educativo que gozan las mujeres iraníes les han valido un puesto significativo
dentro del campo de las artes y educación. Por lo tanto, el camino realizado
por la vía artística es sólo es una alternativa para vencer las dificultades
que ejerce una sociedad patriarcal en la
vida política, pero desde luego que el compromiso político adquirido por las
artistas iraníes es bastante alto y bien fundamentado. Puesto que busca el
apoyo y la consecución de los derechos de las mujeres. Derechos que deben
alcanzarse en el marco de una sociedad igualitaria. En donde ha de propagarse
el cambio social; particularmente las relaciones entre hombres y mujeres; entre
el Estado y las mujeres y entre las propias mujeres.
Las obras de las
escritoras persas no dejan de ser una constante manifestación en contra de las
leyes regresivas y discriminatorias que imperan en el Estado. Leyes que parecen
haber dejado atrás la importancia que jugó el rol de la mujer durante el
proceso revolucionario. La producción de estas artistas y eruditas combinan
esfuerzo con un emprendimiento que ofrece una visión del cambiante contexto
institucional e ideológico y una llamada constante a la colaboración entre
mujeres con el fin de superar los perjuicios y hostilidades que agravan su
vida.
La
literatura y el cine han sido dos excelentes herramientas para la transmisión
de los ideales de igualdad. Dos formatos que en los que se ha trabajo sobre
temas tabú para la sociedad femenina iraní: religión, sociedad, política. Todos
estos temas han sido mostrados al espectador desde las vivencias y experiencias
propias y colectivas, así como las inquietudes de las mujeres (siempre
guardando la identidad y el decoro necesario para burlar la censura) mostrando la gran desigualdad de género que
existe. La exposición de los problemas y desigualdades ha permitido la
sensibilización necesaria de las mujeres iraníes para conseguir un aumento en
la actuación en el campo del cambio social y político. Unas producciones que
parecen tener clara una premisa referente: “Alentar a la mujer para penetrar en
el mundo político, empresarial y poner fin a las luchas en materia de
relaciones entre hombres y mujeres”
Cuando las
escritoras abordan temas que superan los límites de las normas sociales del
Estado Islámico, ellas utilizan personajes de ficción basados en estereotipos
de baja condición social e instrucción académica, como dementes, cautivas o
prostitutas, en donde se refleja el verdadero sentimiento de inseguridad de la
mujer iraní. A pesar de las trabas estipuladas por la censura del Gobierno (Ershad) y la auto-censura impuesta por ellas mismas, las novelistas y
poetisas logran transmitir en sus escritos una gran variedad de sentimientos,
sensaciones y situaciones de repletas de contradicciones sociales (pluralidad
de vida).
Es bien cierto que las escritoras iraníes emigradas o exiliadas gozan de
más libertad a la hora de crear obras literarias y pueden lanzar publicaciones
escritas de manera auto-biográfica, todo lo contrario que sus homólogas que no
han abandonado el país y que se ven sometidas por la censura y l auto-censura.
Aun así el objetivo de estas autoras es
la denuncia sutil y sistemática de los problemas comunes a todas las mujeres y
la llamada a la participación y al cambio social.
Aunque muchas de las creaciones de las artistas iraníes, ya sea a nivel
literario como cinematográfico llegan a Occidente, es dentro del hogar iraní
donde realmente radica su importancia, ya que pueden alentar a las mujeres para
abandonar una personalidad pasiva ante las desigualdades. El cine al ser un MCM (medio de comunicación de masas) público puede llegar
no solo a la mujer, sino a un público más extenso. Utilizado como un nuevo
medio para expresar, denunciar, manifestar y crear conciencia social acerca de
las desigualdades de género.
La Revolución Islámica
de Irán trajo consigo la proliferación de la literatura femenina, tal fue su
importancia que la producción femenina ha llegado a superior a la de sus
homólogos masculinos, convirtiéndose la mujer en la vanguardia de la literatura
iraní, no solo como escritoras, sino también como editoras. Es de gran interés conocer la
importancia que tienen las producciones de estas escritoras por su alto valor
sociológico otorgando a la mujer de Irán un rol totalmente diferente a la
visión de mujer pasiva que se tiene en Occidente.
El alto índice de mujeres académicas
e intelectuales se gestó durante la Revolución; con el derrocamiento de la
monarquía de Shah Pahlevi Irán sufrió una fuga de cerebros, que continuó tras
el triunfo revolucionario. La falta de intelectuales masculinos abrieron las
puertas del conocimiento a las mujeres, las cuales empezaron a ocupar los
asientos y mesas de las universidades. La deuda y la pobreza hicieron que Irán
cambiara su política, fomentando el papel de la mujer como “agente desarrollo”
poniendo fin a algunas restricciones laborales. Teniendo en cuenta la necesidad
del país de mano de obra del país y las ganas de las mujeres iraníes en romper
las cadenas de sometimiento y desigualdad, y aun teniendo restricciones en la
vida política, no es extraño que las mujeres hayan elegido la vía del arte para
expresar su lucha.
Además ¿Quién sería mejor para
exponer la problemática de la mujer que una mujer? Un hombre podría realizar
este trabajo, pero no llegaría a plasmar todos los problemas con la misma
intensidad como lo haría una mujer. Al ser la mujer el objeto de lucha y liberación,
los sentimientos y situaciones que expresarían las escritoras siempre serían de
mayor intensidad y veracidad que lo que pudieran escribir sus homónimos
masculinos. De ahí el éxito obtenido por las artistas iraníes. Sería una suma entre el alto índice educacional más un conocimiento exhaustivo y de primera mano de la situación de la mujer.
El
compromiso en la literatura y el cine está ligado al aumento de actividades de
otros agentes, como las asociaciones y las organizaciones no gubernamentales
que tratan el tema de la mujer.
Las
Ongs de mujeres en Irán están aumentan considerablemente y a un ritmo veloz
gracias a las nuevas tecnologías que ofrece internet, portales webs y sobre
todo weblogs, que están fomentando la cooperación entre grupos de mujeres.
A pesar de todos los triunfos obtenidos
por la mujer iraní, ésta aun tiene problemas para desarrollar su
intercomunicación y sobre todo estrechar lazos con grupos extranjeros que
puedan ayudarlas incorporando nuevas estrategias para difundir su activismo en
el mundo. La interrelación de las mujeres iraníes con grupos extranjeros
también va ayudar a cambiar la imagen que Occidente tiene de las mujeres
persas, ya sea en su rol como ciudadana y su rol dentro de las tareas
cotidianas del hogar. Ya que el número de mujeres que
trabajan en educación ha aumentado, algo que está favoreciendo la conciencia
feminista. Sólo el futuro podrá decir si los procesos culturales en las que
están involucradas las mujeres iraníes tendrán éxito. Creando una movilización
social que aporte una solución al problema de la desigualdad de género.
Víctor Navarro